Preparación:
Primeramente tenemos que cocer el pulpo. Ojo, el pulpo hay que congelarlo previamente, para romper sus fibras y que no quede duro. Ponemos al fuego una cazuela con abundante agua y sal (yo echo poca sal, creo que el pulpo no necesita demasiado) y llevamos a ebullición. Cuando el agua hierva, metemos el pulpo sujeto con un gancho unos 10 segundos y sacamos. Repetimos esto tres veces y dejamos cocer. El tiempo variará en función del tamaño del pulpo, pero lo mejor es pinchar con un tenedor hasta que esté al dente, incluso un pelín tieso (como que le faltasen 5 minutos de cocción). Retiramos del fuego y dejamos 15 minutos en el agua caliente que se irá templando. En este tiempo de reposo en el agua el pulpo termina de cocerse. Por otro lado vamos a cocer los garbanzos, que tendremos a remojo de la víspera. En una olla ponemos los garbanzos con caldo de cocer el pulpo (que cubra dos dedos), la cebolla, el diente de ajo, sal y el laurel. Cuando empiece a hervir aparecerá una espuma que retiramos, tapamos la olla y dejamos cocer 40 minutos (dependerá de ollas). Una vez cocido el pulpo y los garbanzos sólo hay que juntarlo. No lo he cocido conjunto porque puede haber diferencias de tiempo de cocción. Troceamos el pulpo y reservamos. En una sartén con unas 4 ó 5 cucharadas de aceite de oliva, calentamos con unas láminas de ajo, hasta que empiecen a dorarse y retiramos del fuego. Cuando el aceite esté templado añadimos un par de cucharaditas de pimentón y el pulpo troceado y vertemos sobre los garbanzos. Dejamos cocer a fuego suave 5 minutos y reposar, incluso de un día para otro
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